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Mal amada, engañada, contigo yo viví Humillada y abnegada, porque yo creí en ti Tu mataste mi ilusión de bien amarte y sólo sufrí Y esque no era nada en ti Sólo un juego por vivir
Yo, mi vida te la di, mi amor lo destrozaste, tu te lo acabaste, en vano fuí de ti
Coro:
Mujeres engañadas con tantas mentiras engaños que hieren Entregamos el alma y sólo nos usan para sus placeres Mujeres engañadas por hombres traidores que nada merecen Cayendo en sus trampas cual presas atadas muriendo en sus redes
Pero no, ya no, pero no, ya no Tu me despreciaste, no me valoraste Y hoy te digo adios (x2)
Mal amada, engañada, contigo yo viví Humillada y abnegada, porque yo creí en ti Tu mataste mi ilusión de bien amarte y sólo sufrí Y esque no era nada en ti Sólo un juego por vivir
Yo, mi vida te la di, mi amor lo destrozaste, tu te lo acabaste, en vano fuí de ti
(Coro)
Pero no, ya no, pero no, ya no Tu me despreciaste, no me valoraste Y hoy te digo adios (x2)
Y yo que te enregué todo mi amor, y como tantas mujeres, de verdad, de verdad te di mi corazón, sin prejuicios, sin ninguna condición, más hoy, al escuchar esta canción, mujeres engañadas como yo, romperemos las cadenas de la traición.
Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas. 31:11 El corazón de su marido está en ella confiado, Y no carecerá de ganancias. 31:12 Le da ella bien y no mal Todos los días de su vida. 31:13 Busca lana y lino, Y con voluntad trabaja con sus manos. 31:14 Es como nave de mercader; Trae su pan de lejos. 31:15 Se levanta aun de noche Y da comida a su familia Y ración a sus criadas. 31:16 Considera la heredad, y la compra, Y planta viña del fruto de sus manos. 31:17 Ciñe de fuerza sus lomos, Y esfuerza sus brazos. 31:18 Ve que van bien sus negocios; Su lámpara no se apaga de noche. 31:19 Aplica su mano al huso, Y sus manos a la rueca. 31:20 Alarga su mano al pobre, Y extiende sus manos al menesteroso. 31:21 No tiene temor de la nieve por su familia, Porque toda su familia está vestida de ropas dobles. 31:22 Ella se hace tapices; De lino fino y púrpura es su vestido. 31:23 Su marido es conocido en las puertas, Cuando se sienta con los ancianos de la tierra. 31:24 Hace telas, y vende, Y da cintas al mercader. 31:25 Fuerza y honor son su vestidura; Y se ríe de lo por venir. 31:26 Abre su boca con sabiduría, Y la ley de clemencia está en su lengua. 31:27 Considera los caminos de su casa, Y no come el pan de balde. 31:28 Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; Y su marido también la alaba: 31:29 Muchas mujeres hicieron el bien; Mas tú sobrepasas a todas. 31:30 Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada. 31:31 Dadle del fruto de sus manos,
Y alábenla en las puertas sus hechos.
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13 La mujer insensata es alborotadora; Es simple e ignorante. 9:14 Se sienta en una silla a la puerta de su casa, En los lugares altos de la ciudad, 9:15 Para llamar a los que pasan por el camino, Que van por sus caminos derechos. 9:16 Dice a cualquier simple: Ven acá. A los faltos de cordura dijo: 9:17 Las aguas hurtadas son dulces, Y el pan comido en oculto es sabroso. 9:18 Y no saben que allí están los muertos; Que sus convidados están en lo profundo del Seol. Capítulo 10 Contraste entre el justo y el malvado
Entended, oh simples, discreción; Y vosotros, necios, entrad en cordura. 8:6 Oíd, porque hablaré cosas excelentes, Y abriré mis labios para cosas rectas. 8:7 Porque mi boca hablará verdad, Y la impiedad abominan mis labios. 8:8 Justas son todas las razones de mi boca; No hay en ellas cosa perversa ni torcida. 8:9 Todas ellas son rectas al que entiende, Y razonables a los que han hallado sabiduría. 8:10 Recibid mi enseñanza, y no plata; Y ciencia antes que el oro escogido. 8:11 Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas; Y todo cuanto se puede desear, no es de compararse con ella. 8:12 Yo, la sabiduría, habito con la cordura, Y hallo la ciencia de los consejos. 8:13 El temor de Jehová es aborrecer el mal; La soberbia y la arrogancia, el mal camino, Y la boca perversa, aborrezco. 8:14 Conmigo está el consejo y el buen juicio; Yo soy la inteligencia; mío es el poder. 8:15 Por mí reinan los reyes, Y los príncipes determinan justicia. 8:16 Por mí dominan los príncipes, Y todos los gobernadores juzgan la tierra. 8:17 Yo amo a los que me aman, Y me hallan los que temprano me buscan. 8:18 Las riquezas y la honra están conmigo; Riquezas duraderas, y justicia. 8:19 Mejor es mi fruto que el oro, y que el oro refinado; Y mi rédito mejor que la plata escogida. 8:20 Por vereda de justicia guiaré, Por en medio de sendas de juicio, 8:21 Para hacer que los que me aman tengan su heredad, Y que yo llene sus tesoros. 8:22 Jehová me poseía en el principio, Ya de antiguo, antes de sus obras. 8:23 Eternamente tuve el principado, desde el principio, Antes de la tierra. 8:24 Antes de los abismos fui engendrada; Antes que fuesen las fuentes de las muchas aguas. 8:25 Antes que los montes fuesen formados, Antes de los collados, ya había sido yo engendrada; 8:26 No había aún hecho la tierra, ni los campos, Ni el principio del polvo del mundo. 8:27 Cuando formaba los cielos, allí estaba yo; Cuando trazaba el círculo sobre la faz del abismo; 8:28 Cuando afirmaba los cielos arriba, Cuando afirmaba las fuentes del abismo; 8:29 Cuando ponía al mar su estatuto, Para que las aguas no traspasasen su mandamiento; Cuando establecía los fundamentos de la tierra, 8:30 Con él estaba yo ordenándolo todo, Y era su delicia de día en día, Teniendo solaz delante de él en todo tiempo. 8:31 Me regocijo en la parte habitable de su tierra; Y mis delicias son con los hijos de los hombres. 8:32 Ahora, pues, hijos, oídme, Y bienaventurados los que guardan mis caminos. 8:33 Atended el consejo, y sed sabios, Y no lo menospreciéis. 8:34 Bienaventurado el hombre que me escucha, Velando a mis puertas cada día, Aguardando a los postes de mis puertas. 8:35 Porque el que me halle, hallará la vida, Y alcanzará el favor de Jehová. 8:36 Mas el que peca contra mí, defrauda su alma; é 9:1 La sabiduría edificó su casa, Labró sus siete columnas. 9:2 Mató sus víctimas, mezcló su vino, Y puso su mesa. 9:3 Envió sus criadas; Sobre lo más alto de la ciudad clamó. 9:4 Dice a cualquier simple: Ven acá. A los faltos de cordura dice: 9:5 Venid, comed mi pan, Y bebed del vino que yo he mezclado. 9:6 Dejad las simplezas, y vivid, Y andad por el camino de la inteligencia. 9:7 El que corrige al escarnecedor, se acarrea afrenta;
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